ORACIONES DEL CRISTIANO

Con los textos básicos de plegaria 

Oraciones y fórmulas básicas que hay que saber de memoria

Aunque ya debes saber, y bien, todas estas fórmulas, siempre es bueno tenerlas a mano para que, en caso de duda o de olvido, tengas un lugar seguro donde puedas consultar los formularios básicos de oración.

La señal de la Santa Cruz. Por la señal + de la Santa Cruz de nuestros + enemigos líbranos, Señor, + Dios nuestro.

En el nombre del Padre, y del Hijo, + y del Espíritu Santo. Amén.

El Padrenuestro. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

El Avemaría. Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo. Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Salve. Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

[Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.]

Acto de Fe. Creo en Dios Padre; creo en Dios Hijo; creo en Dios Espíritu Santo; creo en la Santísima Trinidad; creo en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.

Acto de Esperanza. Espero en Dios Padre; espero en Dios Hijo; espero en Dios Espíritu Santo; espero en la Santísima Trinidad; espero en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.

Acto de Caridad. Amo a Dios Padre; amo a Dios Hijo; amo a Dios Espíritu Santo; amo a la Santísima Trinidad; amo a mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero; amo a María Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra; y amo a mi prójimo como a mí mismo.

Acto de Contrición. Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Confesión general. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

Señor; no soy digno. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Ángel de Dios. Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que la soberana piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este día. Amén.

Los Mandamientos de la Ley de Dios. Los Mandamientos de la Ley de Dios son diez:

El primero: Amarás a Dios sobre todas las cosas.

El segundo: No tomarás el nombre de Dios en vano.

El tercero: Santificarás las fiestas.

El cuarto: Honrarás a tu padre y a tu madre.

El quinto: No matarás.

El sexto: No cometerás actos impuros.

El séptimo: No robarás.

El octavo: No dirás falso testimonio ni mentirás.

El noveno: No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

El décimo: No codiciarás los bienes ajenos.

Estos diez Mandamientos se encierran en dos:

Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.

Los Mandamientos de la Iglesia: Los mandamientos más generales de la Santa Madre Iglesia son cinco:

El primero: Oír Misa entera todos los domingos y fiestas de guardar.

El segundo: Confesar los pecados mortales, al menos una vez al año y en peligro de muerte y si se ha de comulgar.

El tercero: Comulgar por Pascua de Resurrección.

El cuarto: Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la santa Madre Iglesia.

El quinto: Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.

Los Sacramentos. Los Sacramentos son siete: El primero, Bautismo. — El segundo, Confirmación. — El tercero, Penitencia. — El cuarto, Eucaristía. — El quinto, Unción de los enfermos. — El sexto, Orden Sacerdotal. — El séptimo, Matrimonio.

Sentidos corporales. Los sentidos corporales son cinco: Ver, oír, oler, gustar y tocar.

Potencias del alma. Las potencias del alma son tres: Memoria, entendimiento y voluntad.

Enemigos del alma. Los enemigos del alma son tres: Mundo, demonio y carne.

Pecados capitales. Los pecados capitales son siete: El primero, soberbia. — El segundo, avaricia. — El tercero, lujuria. — El cuarto, ira. — El quinto, gula. — El sexto, envidia. — El séptimo, pereza.

Contra estos siete pecados hay siete virtudes: Contra soberbia, humildad. — Contra avaricia, generosidad. — Contra lujuria, castidad. — Contra ira, paciencia. — Contra gula, templanza. — Contra envidia, caridad. — Contra pereza, diligencia.

Pecados contra el Espíritu Santo. Los pecados contra el Espíritu Santo son seis:

El primero: Presunción de salvarse sin ningún mérito.

El segundo: Desesperación de la misericordia de Dios.

El tercero: Impugnación de la verdad conocida, para pecar con más libertad.

El cuarto: Envidia de los bienes espirituales que nuestro prójimo ha recibido de Dios.

El quinto: Obstinación en el pecado.

El sexto: Propósito de morir sin penitencia.

Pecados que Dios más detesta. Los pecados que Dios más detesta son cuatro:

El primero: Homicidio voluntario.

El segundo: Pecado impuro contra naturaleza.

El tercero: Opresión del pobre.

El cuarto: Defraudar al obrero de su jornal.

Dones del Espíritu Santo. Los dones del Espíritu Santo son siete: Sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.

Virtudes teologales. Las virtudes teologales son tres: Fe, esperanza y caridad.

Virtudes cardinales. Las virtudes cardinales son cuatro: Prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

Obras de misericordia. Las principales obras de misericordia son catorce: siete espirituales y siete corporales.

Las espirituales son éstas:

La primera: Enseñar al que no sabe.

La segunda: Dar buen consejo al que 10 necesita.

La tercera: Corregir al que yerra.

La cuarta: Perdonar las injurias.

La quinta: Consolar al triste.

La sexta: Sufrir con paciencia los defectos del projimo, y

La séptima: Rogar a Dios por los vivos y difuntos.

Las corporales son éstas:

La primera: Visitar y cuidar a los enfermos.

La segunda: Dar de comer al hambriento.

La tercera: Dar de beber al sediento.

La cuarta: Dar posada al peregrino.

La quinta: Vestir al desnudo.

La sexta: Visitar a los presos, y

La séptima: Enterrar a los muertos.

Bienaventuranzas. Las Bienaventuranzas son ocho:

La primera: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

La segunda: Bienaventurados los sufridos, porque ellos poseerán la tierra.

La tercera: Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

La cuarta: Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados.

La quinta: Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

La sexta: Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

La séptima: Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

La octava: Bienaventurados los que padecen persecución por la «justicia», porque de ellos es el Reino de los cielos.

Postrimerías del hombre. Las postrimerías del hombre son cuatro: Muerte, juicio, infierno y gloria.

Renovación de las Promesas del Bautismo. Renuncio a Satanás, a sus obras y a sus seducciones, y prometo servir a Jesucristo por siempre jamás.

 

Ejercicio del cristiano

 

 

Oración de la mañana y de la noche

 

FORMULARIOS BREVES

Oración de la mañana

Dios mío, os doy mi alma y mi corazón. Dulce Jesús, soy vuestro enteramente y para siempre. Todo sea por vuestro amor.

Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre mía: aquí tenéis a vuestro hijo y a vuestro esclavo.

LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ

Por la señal + de la Santa Cruz de nuestros + enemigos líbranos, Señor, + Dios nuestro.

En el nombre del Padre, y del Hijo, + y del Espíritu Santo. Amén.

OFRECIMIENTO

Os adoro, Dios mío, y os amo con todo mi corazón; os doy gracias por haberme creado, hecho cristiano y conservado en esta noche. Os ofrezco las acciones de este día; haced que sean todas según vuestra santísima voluntad y para mayor gloria vuestra. Preservadme del pecado y de todo mal. Vuestra gracia sea siempre conmigo y con todos los míos. Amén.

Ahora reza devotamente: Padrenuestro, Avemaria, Gloria; Credo, Salve. Encontrarás estas oraciones en las páginas 3 y 4.

Actos de fe, esperanza y caridad abreviados

Dios mío, creo en vos porque sois Verdad infalible.

Dios mío, espero en vos porque sois Bondad infinita, fiel a sus promesas.

Dios mío, os amo sobre todas las cosas, porque sois el mismo Amor, todo mi bien y eterna felicidad.

Ofrecimiento al Sgdo. Corazón de Jesús

Oh Corazón divino de Jesús: Por medio del Corazón inmaculado de María Santísima os ofrezco las oraciones, obras y padecimientos de este día en reparación de nuestros pecados, y por todas las intenciones por las cuales vos os inmoláis continuamente en el Santísimo Sacramento del Altar. Os las ofrezco en especial por las intenciones del Apostolado de la Oración y por las señaladas por el Papa para este mes. Amén.

Oración a María Santísima

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco todo (toda) a vos; y en prueba de mi filial afecto os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón: en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro (toda vuestra), Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra.

Puedes rezar aquí Tres Avemarias y añadir la jaculatoria:

Madre mía Santísima, guardadme de vivir y de morir en pecado mortal.

Oración al Ángel de la Guarda

Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que la soberana piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este día. Amén.

Deprecaciones

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María, con vos descanse en paz el alma mía.

Oración de la noche

Por la señal + de la Santa Cruz…

Ofrecimiento

Os adoro, Dios mío, y os amo con todo mi corazón. Os doy gracias por haberme creado, hecho cristiano y conservado en este día. Perdonadme todo lo malo que hoy he cometido: y si algo bueno he hecho, dignaos vos aceptarlo. Guardadme en el descanso de la noche, y libradme de todo peligro. Vuestra gracia sea siempre conmigo y con todos los míos. Amén.

Darás gracias a Dios por todos los beneficios que te ha hecho, especialmente en el día de hoy, y rezarás el Padrenuestro, Avemaria, Gloria, Credo y Salve, como por la mañana.

Examen diario de conciencia

Señor, dadme luz para conocer mis pecados y faltas, y gracia para arrepentirme de todo corazón.

Ahora examina tu conciencia para ver en qué has faltado durante el día, y acaba diciendo:

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Oración a María Santísima

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco todo (toda) a vos; y en prueba de mi filial afecto os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón: en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro (toda vuestra), Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra.

Puedes rezar aquí Tres Avemarias y añadir la jaculatoria:

Madre mía Santísima, guardadme de vivir y de morir en pecado mortal.

Oración al ángel de la guarda

Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que la soberana piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname esta noche. Amén.

Deprecaciones

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María, con vos descanse en paz el alma mía.

No te olvides de rezar cada día un Padrenuestro y un Avemaría por las almas del Purgatorio, de modo particular por las almas de tus familiares difuntos; y termina diciendo:

Dales, Señor, el descanso eterno; y brille para ellos la luz eterna.

Que descansen en paz. Amén.

 

Oración de la mañana y de la noche

 

FORMULARIOS LITÚRGICOS

Para las personas que, de acuerdo con la «Constitución sobre la Sagrada Liturgia» del Concilio Vaticano II (n. 90), quieran fundamentar su piedad cotidiana y su oración personal en el riquísimo caudal del Oficio Divino, que es la oración oficial de la Iglesia, proponemos a continuación unos formularios para la Oración de la mañana y de la noche entresacados de la Liturgia de las Horas.

Oración de la mañana: Laudes

  1. + Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya).

Himno

Ya aparece el sol ardiente y así, oh Luz perenne unida, infunde un amor constante a nuestras almas redimidas.

En la aurora te alabamos, y también al mediodía; suspirando por gozar, en el cielo, de tu vista.

Al Padre, al Hijo y a ti, Espíritu que das vida, ahora y siempre se den alabanzas infinitas. Amén.

Salmodia

Ant. 1. Por ti madrugo, Dios mío, para contem-

piar tu fuerza y tu gloria. (Aleluya).

Salmo 62 2-9

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre…

Ant. Por ti madrugo, Dios mío, para contempiar tu fuerza y tu gloria. (Aleluya).

Ant. 2. En medio de las llamas, los tres jóvenes, unánimes, cantaban: Bendito sea el Señor. (Aleluya).

Cántico Dn 3, 57-88.56

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor; cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor; ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor; astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor; vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor; fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor; noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor; rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor, ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor; cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor; mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor; aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor; bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor; santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,

alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

(No se dice: Gloria al Padre…)

Ant En medio de las llamas, los tres jóvenes,

unánimes, cantaban: Bendito sea el Señor. (Aleluya).

Ant. 3. Que los hijos de Sión se alegren por su

rey. (Aleluya).

Salmo 149

Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos y aplicar el castigo a las naciones, sujetando a los reyes con argollas, a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre…

Ant. Que los hijos de Sión se alegren por su rey.

(Aleluya).

Lectura breve Ap 7, 10.12

¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero! La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Responsorio breve

  1. Cristo, Hijo de Dios vivo: *
    ten piedad de nosotros.
  2. Cristo, Hijo de Dios vivo: *
    ten piedad de nosotros.
  3. Tú que estás sentado a la derecha del Padre: * R. ten piedad de nosotros.
  4. Gloria al Padre y al Hijo * y al Espíritu Santo.
  5. Cristo, Hijo de Dios vivo: * ten piedad de nosotros.

Cántico evangélico Lc 1, 68-79

Ant. Bendito sea, ahora y por siempre, y por todos los siglos, la santa y Única Trinidad, que ha creado y gobierna todas las cosas.

+ Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por la boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Gloria al Padre.

Ant. Bendita sea, ahora y por siempre, y por todos los siglos, la santa y Única Trinidad, que ha creado y gobierna todas las cosas.

Preces

Glorifiquemos al Señor Jesús, luz que alumbra a todo hombre y Sol de justicia que no conoce el ocaso, y digámosle: ¡Oh Señor; vida y salvación nuestra!

Creador del universo, al darte gracias por el nuevo día que ahora empieza,
—te pedimos que el recuerdo de tu santa resurrección sea nuestro gozo durante este día. Que tu Espíritu Santo nos enseñe a cumplir tu voluntad,
—y que tu sabiduría dirija hoy nuestras acciones. Que, al celebrar la eucaristía, tu palabra nos llene siempre de gozo,
—y la participación en tu banquete haga crecer nuestra esperanza. Que sepamos contemplar las maravillas que tu generosidad nos concede,
—y vivamos durante todo el día en acción de gracias.

(Aquí pueden añadirse otras intenciones). Padre nuestro…

Oración

Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho liegar al comienzo de este día, sálvanos hoy con tu poder, para que no caigamos en ningún pecado, sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos. Por nuestro Señor

Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R. Amén.

Conclusión

El Señor nos bendiga 4-, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén.

Oración antes del descanso nocturno: Completas

  1. + Dios mío, ven en mi auxilio.
  2. Señor, date prisa, en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya).

Examen de conciencia

Ahora es oportuno hacer un breve Examen de conciencia o revisión de la jornada, y un acto de arrepentimiento rezando el «Señor mío Jesucristo» o el «Yo confieso ante Dios», que encontrarás en las páginas 5 y 6.

Himno

Antes que la luz termine, oh Creador de las cosas, te suplicamos que, con tu clemencia, seas nuestro protector y nuestro custodio. Ampáranos, clemente, protégenos de noche lo mismo que de día, para que no nos venza nuestro enemigo.

Gloria a Dios Padre, que nos hizo, gloria a Dios Hijo Salvador, gloria al Espíritu divino: tres Personas y un solo Dios. Amén.

Salmodia

Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.

Salmo 90

Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti.»

Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás: su brazo es escudo y armadura.

No temerás el espanto nocturno ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía.

Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzará.

Nada más mirar con tus ojos, verás la paga de los malvados,

porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa.

No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos; te llevarán en sus palmas,

para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones. «Se puso junto a mí: 10 libraré; lo protegeré porqüe conoce mi nombre, me invocará y 10 escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré, lo saciaré de largos días y le haré ver mi salvación.»

Gloria al Padre y al Hijo

y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.

Lectura breve Ap 22, 4-5

Verán al Señor cara a cara y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá más noche, ni necesitarán luz de lámpara o del sol, porque el Señor Dios irradiará luz sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.

Responsorio breve

  1. A tus manos, Señor, * encomiendo mi espíritu.
  2. A tus manos, Señor, * encomiendo mi espíritu.
  3. Tú, Dios leal, nos librarás. *
  4. Encomiendo mi espíritu.
  5. Gloria al Padre y al Hijo * y al Espíritu Santo.
  6. A tus manos, Senyor, * encomiendo mi espíritu.

Cántico evangélico

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

Cántico le 2, 29-32

+ Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos:

luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre…

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

Oración

Oremos: Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Conclusión

  1. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una muerte santa. R. Amén.

Plegaria a la Santísima Virgen

Bajo tu protección nos acogemos,

Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas

que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.

O bien puedes rezar la «Dios te salve, Reina y Madre», cuyo texto encontrarás en la pág. 4.

 

Oraciones durante el día

 

 

El Ángelus

 

  1. El ángel del Señor anunció a María. R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.

Dios te salve, María…

  1. He aquí la esclava del Señor. R. Hágase en mí según tu palabra.

Dios te salve, María…

  1. Y el Verbo se hizo carne. R. Y habitó entre nosotros.

Dios te salve, María…

  1. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oremos: Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que cuantos hemos conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de Jesucristo, tu Hijo, podamos llegar, por su pasión y su cruz, y con la intercesión de la Virgen María, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

 

Regina caeli

 

(Tiempo de Pascua)

  1. Reina del cielo, alégrate, aleluya. R. Pues aquel que mereciste llevar en tu seno, aleluya.
  2. Ha resucitado, según 10 predijo, aleluya. R. Ruega a Dios por nosotros, aleluya.
  3. Goza y alégrate, ¡oh Virgen María! aleluya. R. Porque ha resucitado verdaderamente el Señor, aleluya.

Oremos: Oh Dios, que te dignaste alegrar al mundo con la resurrección de tu Hijo Jesucristo nuestro Señor, te rogamos nos concedas alcanzar, por la intercesión de la Virgen María, los goces de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

 

Acto breve de fe, esperanza, caridad y dolor

 

Dios mío, creo en vos, espero en vos y os amo sobre todas las cosas. Me pesa, Dios mío, de haberos ofendido; tened piedad y misericordia de mí.

 

Bendición de la mesa

 

Bendición

Bendícenos, Señor, a nosotros y estos dones tuyos que vanaos a tomar, y que hemos recibido de tu generosidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Acción de gracias

Te damos gracias, Dios todopoderoso, por todos tus beneficios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

Jaculatorias

 

Alabado sea Dios. Dios mío, os amo. Dios mío, tened piedad de mí.

Señor mío y Dios mío.

Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.

Jesús.

Jesús mío, misericordia. Señor, aumenta mi fe.

Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te amo. Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío. Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros. Jesús, María, José.

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María, con vos descanse en paz el alma mía.

María.

Santa María, ruega por nosotros.

Ave María purísima, sin pecado concebida.

Reina de los ángeles, ruega por nosotros.

Puerta del Cielo, ruega por nosotros.

Virgen del Pilar (o de cualquier otra advocación), ruega por nosotros. Virgen Dolorosísima, ruega por nosotros.

San José, ruega por nosotros (ruega por mí). San N., ruega por nosotros (ruega por mí). Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros (rogad por mí).

Sacramento de la Penitencia

La Confesión

Oración para antes de la Confesión

Dadme, Señor, luz y gracia para hacer bien este examen y esta confesión. Haced que conozca cíaramente los pecados y faltas con toda su fealdad y malicia; que de todo corazón me arrepienta de ellos; que con toda sinceridad los confiese y así obtenga vuestro perdón. Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, ayudadme.

Examen de conciencia

Ante todo, recuerda el tiempo que hace que no te has confesado. Si cumpliste la penitencia que te impusieron. Si dijiste todos los pecados mortales.

En los Mandamientos de la Ley de Dios examina:

  1. Si te encomiendas a Dios cada día, por la mañaña y por la noche; si rezas con atención y devoción; si has cometido irreverencias en el templo, hablando o riendo, etc.

Si sabes bien y recuerdas, a lo menos, 10 más preciso y necesario del Catecismo y de las oraciones.

  1. Si profieres blasfemias y maldiciones, juramentos falsos o sin necesidad; si has hablado contra la Religión y las cosas santas, o contra las personas sagradas.
  2. Si has oído misa entera todos los domingos y fiestas de precepto; si has llegado tarde o has faltado a ella por tu culpa. Si has estado en ella sin atención y reverencia.
  3. Los padres han de examinarse sobre si dan buena educación y buen ejemplo a sus hijos, evitándoles los peligros y los males espirituales, corrigiéndoles y castigándolos si conviene. Vean si les ponen dificultades en el cumplimiento de las obligaciones del cristiano y actos de piedad.

Los hijos han de examinar si son obedientes, respetuosos y amantes de sus padres, y también con los maestros y demás superiores.

  1. Examina también si te has peleado de palabra o de hecho. — Si dices palabras injuriosas. — Si no quieres perdonar a los que te han ofendido. — Si has deseado mal a alguien o te has vengado. — Si has dado escándalo en cualquiera cosa que fuere.
  2. Si has pensado, mirado, hablado o hecho cosas deshonestas, solo o con otras personas; de qué estado o parentesco. — Si no has huido de las ocasiones próximas de pecar; cuales son las lecturas, los espectáculos, diversiones, compañías, etc.
  3. Si has hurtado dinero u otras cosas. — Si 10 has restituido. — Si has deteriorado las cosas de los demás para causarles daño. — Si lo has deseado. — Si has defraudado en las compras o ventas.
  4. Si dices mentiras. — Si has calumniado. — Si has levantado falsos testimonios y has hecho juicios temerarios. — Si has murmurado o descubierto faltas y defectos de otros.

El noveno y el décimo mandamientos quedan examinados con el sexto y el séptimo.

Sobre los Preceptos de la Iglesia, examina si participas en la Misa cada domingo y demás días de precepto; si cumples el precepto pascual y si procuras confesar y comulgar con mayor frecuencia. — Examina si has comido carne en días de abstinencia o no ayunas, pudiendo haberlo hecho.

Sobre los pecados capitales, examina si tienes orgullo, si no quieres que te avisen o reprendan y si crees ser más que los otros. — Si eres avaro o inmodesto. — Si te dejas arrebatar del mal genio y te enfadas. — Si eres glotón y comes con exceso de lo que te gusta, sin reparar en si te perjudica. — Si eres envidioso y te sabe mal que los demás te aventajen en algo. — Si eres perezoso en el trabajo o en el levantarte por la mañana.

Examina también cómo cumples las obligaciones de tu estado, carrera u oficio.

Ahora arrepiéntete de corazón del mal que creas haber hecho o del bien que dejaste de hacer, y haz un buen propósito de no volver a hacerlo. Seguidamente reza el Señor mío Jesucristo (que encontrarás en la pág. 5 de este librito), no fuera caso que después lo rezaras precipitadamente y por rutina.

Después, plenamente confiado en la misericordia divina, acércate al sacerdote y con toda humildad y sinceridad manifiéstale el estado de tu espíritu.

Confesión

El penitente, al acercarse al sacerdote confesor, le saluda diciendo, por ejemplo, «Ave María purísima…», y hace la señal de la cruz.

Sacerdote: El Señor esté en tu corazón para que te puedas arrepentir y confesar humildemente tus pecados.

Penitente: Amén.

Ahora puede leerse, o recitar de memoria, algunas palabras de la Sagrada Escritura sobre la misericordia de Dios y el arrepentimiento, como por ejemplo:

«;Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados».

El penitente se acusa de sus pecados. El sacerdote exhorta al penitente a la contrición, y éste acepta la obra penitencial que el sacerdote le propone como satisfacción. El penitente manifiesta su dolor por los pecados cometidos con un Acto de contrición de fórmula larga, u otra más corta, como por ejemplo:

«Jesús, Hijo de Dios, apiádate de mí, que soy un pecador».

Absolución

El sacerdote imparte la absolución diciendo:

Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz. Y YO TE ABSUELVO DE TUS PECADOS EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO + Y DEL ESPÍRITU SANTO.

Penitente: Amén.

El sacerdote prosigue recitando unas fórmulas de alabanza y de despedida. O bien dice:

La pasión de nuestro Señor Jesucristo, la intercesión de la bienaventurada Virgen María y de todos los santos, el bien que hagas y el mal que puedas sufrir, te sirvan como remedio de tus pecados, aumento de gracia y premio de vida eterna. Vete en paz.

Satisfacción

Después de haberte confesado, enseguida que puedas, cumpie la penitencia que te ha impuesto el confesor, y agradece a Nuestro Señor el don que te ha hecho de acogerte como hijo suyo.

Sacramento de la Eucaristía

La Santa Misa

«El Concilio Vaticano II ha vuelto a afirmar la naturaleza sacrificial de la Misa, solemnemente proclamada por el Concilio de Trento en consonancia con toda la tradición de la Iglesia; suyas son estas significativas palabras acerca de la Misa: “Nuestro Salvador, en la última Cena, instituyó el sacrificio eucarístico de su Cuerpo y de su Sangre, con el cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz y a confiar así a su Esposa, la Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección.

En las fórmulas de la Misa se expresa de manera condensada esta doctrina del Concilio. En efecto, cuantas veces se celebra el memorial de este sacrificio, se realiza la obra de nuestra redención».

El santo sacrificio de la Misa es exactamente el mismo sacrificio del Calvario; el sacerdote en el altar realiza de una manera invisible e incruenta el sacrificio que Jesucristo hizo visiblemente en el Calvario con la efusión de su sangre. Por 10 tanto, el cristiano debe participar en la santa Misa con la misma reverencia y devoción que si contemplara con sus propios ojos la Crucifixión y el sacrificio del Señor en el Calvario.

Respuesta de los fieles

Entrada y saludo

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

El Senyor esté con vosotros.

Y con tu espíritu.

Acto penitencial

Hermanos: Antes de celebrar los sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los Ángeles, a los Santos y a vosotros, hermanos, que ihtercedais por mí ante Dios, nuestro Señor.

Absolución

El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

Amén.

Invocaciones

Señor, ten piedad. Señor; ten piedad.

Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad. Señor; ten piedad.

Himno de alabanza

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmenda gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre: tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros: porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

Oración o Colecta

Oremos: … por los siglos de los siglos. Amén.

Lectura

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Evangelio El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu.

Lectura del Santo Evangelio según… Gloria a Ti, Señor. Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Profesión de fe

Creo en un solo Dios, PADRE todopoderoso, Creador de cielo y tierra, de todo lo visible y 10 invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, HIJO único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho: que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Oración de los fieles

  1. Te rogamos, óyenos.
    Señor; escúchanos.
    Oh, Señor, escucha y ten piedad.

Presentación del pan y del vino Bendito seas, Señor, … pan de vida. Bendito seas por siempre, Señor. Bendito seas, … bebida de salvación. Bendito seas por siempre, Señor.

Invitación a la plegaria

Orad, hermanos, … a Dios Padre todopoderoso.

El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

Oración sobre las ofrendas

Por Cristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio

El Señor esté con vosotros.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

Himno de aclamación

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

Aclamación para después de la consagración

Éste es el Sacramento de nuestra fe:

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!

Conclusión de la plegaria eucarística

Por Cristo … por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.

Embolismo

Líbranos, Señor… nuestro Salvador Jesucristo.

Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor.

Rito de la paz Señor Jesucristo… por los siglos de los siglos. Amén.

La paz del Señor sea siempre con vosotros. Y con tu espíritu.

Fracción del pan

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

Comunión

Este es el Cordero de Dios…

Señor; no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

El Cuerpo de Cristo. Amén.

[La Sangre de Cristo. Amén.]
[El Cuerpo y la Sangre de Cristo. Amén.]

Oración después de la Comunión

Oremos Por Cristo, nuestro Señor.

Amén.

Despedida: Saludo y Bendición El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu.

La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. Amén.

Podéis ir en paz. Demos gracias a Dios.

Actos breves de acción de gracias

Acto de fe y de adoración

Señor mío Jesucristo, yo creo que estáis verdaderamente en mí, con vuestro Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad; y humillado en el abismo de mi nada, os adoro profundamente como a mi Dios y Señor.

Invocación a nuestro Señor Jesucristo

Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh buen Jesús, óyeme! Dentro de tus liagas, escóndeme. No permitas que me aparte de ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a ti, para que con tus santos te alabe por los siglos de los siglos. Amén.

Ofrecimiento de sí mismo

Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer. Vos me lo disteis; a vos, Señor, 10 torno. Todo es vuestro. Disponed a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta.

A Jesucristo crucificado

Miradme, oh mi amado y buen Jesús, postrado en vuestra santísima presencia. Os ruego con el mayor fervor que imprimáis en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad, dolor de mis pecados y verdadero propósito de jamás ofenderos; mientras que yo, con todo mi amor y compasión, voy considerando vuestras cinco llagas, teniendo presente aquello que dijo de vos, Dios mío, el santo profeta David: «Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos».

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús

Deprecaciones al Sagrado Corazón de Jesús

en memoria de las tres «insignias»

Oh Corazón amorosísimo de Jesús, por vuestra preciosa herida, abierta para dar paso a las llamas de vuestro inmenso amor, haced que el incendio de la caridad purifique nuestros corazones de la inmundicia del pecado.

Padrenuestro, Avemaria y Gloria.

Oh Corazón sacratísimo de Jesús, por vuestra coroña de espinas, que os atormentó con las crueles puntas de nuestros pecados, haced que sintamos un santo y verdadero remordimiento de nuestras culpas.

Padrenuestro, Avemaria y Gloria.

Oh Corazón dulcísimo de Jesús, por vuestra cruz plantada como árbol frondoso alimentado por la sangre divina, señal del encendido deseo que experimentasteis de ser crucificado, concedednos una resignación completa a los designios de la Providencia.

Padrenuestro, Avemaria y Gloria.

  1. Jesús, suave y humilde de corazón. R. Haced nuestro corazón semejante al vuestro.

Oremos. Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  1. Amén.

O bién:

Oremos. Señor, Dios nuestro, infúndenos las virtudes del Corazón de tu Hijo e inflámanos con los mismos sentimientos, para que, conformados a su imagen, merezcamos participar de los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  1. Amén.

Vía Crucis

Por la señal + de la santa Cruz..,

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo… (pág. 5).

Primera estación:

Jesús es condenado a muerte. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Segunda estación:

Jesús lleva la cruz a cuestas. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Tercera estación:

Jesús cae bajo el peso de la cruz. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Cuarta estación:

Jesús encuentra a su santísima Madre. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Quinta estación:

El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz.Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Sexta estación:

La Verónica enjuga el rostro de Jesús. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Séptima estación:

Jesús cae en tierra por segunda vez. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Octava estación:

Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Novena estación:

Jesús cae en tierra por tercera vez. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Décima estación:

Jesús es despojado de sus vestiduras. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Undécima estación:

Jesús es clavado en la cruz. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Duodécima estación:

Jesús es bajado de la cruz. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Decimotercia estación:

Jesús es bajado de la cruz. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Décimocuarta estación:

Jesús es puesto en el sepulcro. Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Oración

Oremos. Oh Dios, que con la preciosa Sangre de tu Hijo unigénito has querido santificar el estandarte de la Cruz vivificadora, concédenos que los que se honran con la gloria de la santa Cruz gocen también siempre de tu protección. Por Cristo, nuestro Señor. R. Amén.

Por las intenciones del Sumo Pontífice: Padrenuestro, Avemaria, Gloria.

Devoción a la Virgen Santísima

El Santo Rosario

Los Papas y los obispos han recomendado con ahínco el piadoso ejercicio del santo Rosario. Pero, si fuera necesarío, para disipar alguna duda acerca de si esta devota práctica es o no agradable a la Virgen Santísima, sólo hay que recordar 10 que sucedió en Lourdes y en Fátima: Ella misma recomendó el rezo del Rosario y 10 rezó con sus confidentes.

Por la señal + de la santa Cruz…

  1. Señor, ábreme los labios.
  2. Y mi boca proclamará tu alabanza.
  3. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme.
  4. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ofrecimiento

Señor Dios nuestro, dirigid y guiad todos núestros pensamientos, palabras y obras a mayor honra y gloria vuestra. Y vos, Virgen Santísima, alcanzadnos de vuestro Hijo que con toda atención y devoción podamos rezar vuestro santísimo Rosario, el cual os ofrecemos por la exaltación de la santa Fe católica, por nuestras necesidades espirituales y temporales, por el bien y sufragio de los vivos y difuntos que sean de vuestro agrado y de nuestra mayor obligación.

Los misterios que se han de contemplar hoy son:

Lunes y sábado: los de Gozo.

Jueves: los de Luz.

Martes y viernes: los de Dolor.

Miércoles y domingo: los de Gloria.

Misterios de Gozo

El primer misterio de gozo es la Encarnación del Hijo de Dios en las entrañas de la Virgen María.

Padrenuestro, diez Avemarias y Gloria.

(En cada misterio.)

El segundo misterio de gozo es la Visitación de María Santísima a su prima santa Isabel.

El tercer misterio de gozo es el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en la Cueva de Belén.

El cuarto misterio de gozo es la Presentación del Niño Jesús en el Templo.

El quinto misterio de gozo es el Encuentro del Niño Jesús entre los doctores de la Ley.

Misterios de Luz

El primer misterio de luz es el Bautismo de Jesús en el Jordán.

Padrenuestro, diez Avemarias y Gloria.

(En cada misterio.)

El segundo misterio de luz es la Presencia de Jesús en las Bodas de Caná.

El tercer misterio de luz es el Anuncio del Reino de Dios.

El cuarto misterio de luz es la Transfiguración de Jesús en el monte Tabor.

El quinto misterio de luz es la Institución de la Eucaristía.

Misterios de Dolor

El primer misterio de dolor es la Oración de núestro Señor Jesucristo en el Huerto de Getsemaní.

Padrenuestro, diez Avemarias y Gloria.

(En cada misterio.)

El segundo misterio de dolor es la Flagelación de Jesús atado a una columna.

El tercer misterio de dolor es la Coronación de espinas.

El cuarto misterio de dolor es la Subida de Jesús al Calvario con la cruz a cuestas.

El quinto misterio de dolor es la Crucifixión y muerte de Jesús en la cruz.

Misterios de Gloria

El primer misterio de gloria es la Resurrección de Cristo nuestro Señor.

Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.

(En cada misterio.)

El segundo misterio de gloria es la Ascensión de nuestro Señor Jesucristo al cielo.

El tercer misterio de gloria es la Venida del Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego.

El cuarto misterio de gloria es la Asunción de María Santísima en cuerpo y alma al cielo.

El quinto misterio de gloria es la Coronación de la Virgen María por Reina y Señora de cielo y tierra.

Acción de gracias

Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra generosa mano: dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros os saludamos con una Salve.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia…

Letanía de María Santísima

Señor, ten piedad Señor ten piedad.

Cristo, ten piedad

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad

Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos: Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos: Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial,

ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, redentor del mundo

Dios Espíritu Santo,

Trinidad Santa, un solo Dios,

Santa María,

ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios, Santa Virgen de las vírgenes, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, Madre de la divina gracia, Madre purísima, Madre castísima, Madre virginal, Madre sin corrupción, Madre inmaculada, Madre amable, Madre admirable, Madre del buen consejo, Madre del Creador, Madre del Salvador,

Virgen prudentísima, Virgen digna de veneración, Virgen digna de alabanza, Virgen poderosa, Virgen clemente, Virgen fiel,

Espejo de justicia, Trono de sabiduría, Causa de nuestra alegría, Vaso espiritual, Vaso digno de honor,

Vaso insigne de devoción, Rosa mística,

Torre de David, Torre de marfil, Casa de oro, Arca de la alianza, Puerta del cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consuelo de los afligidos, Auxilio de los cristianos,

Reina de los Ángeles,

Reina de los Patriarcas,

Reina de los Profetas,

Reina de los Apóstoles,

Reina de los Mártires,

Reina de los Confesores,

Reina de las Vírgenes,

Reina de todos los santos,

Reina concebida sin pecado original,

Reina elevada al cielo,

Reina del santísimo Rosario,

Reina de la familia,

Reina de la paz,

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo:

perdónanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo: escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo: ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, santa Madre de Dios:

para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración

Oremos. Te rogamos, Señor Dios, que nos concedas a nosotros, tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo; y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María seamos librados de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna alegría. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  1. Amén.

Invocación

Bajo tu protección nos acogemos,

Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas

que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.

«Mes de María» o Novena a la Virgen Santísima

Por la señal + de la santa Cruz…

Oración a María

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de vos. Animado con esta confianza, a vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes; y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. ¡Oh Madre de Dios!, no despreciéisjnis súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

Alabanza y súplica

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza.

A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada, María, ofrezco desde este día alma, vida y corazón.

Mírame con compasión: no me dejes, Madre mía.

Deprecaciones

Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida acuérdate de mí, infeliz pecador.

Avemaría.

Acueducto de las divinas gracias, concédeme abundancia de lágrimas para llorar amargamente mis pecados.

Avemaría.

Reina de cielos y tierra, sé mi amparo y defensa en las tentaciones de los enemigos de mi alma.

Avemaría.

Inmaculada hija de Joaquín y Ana, alcánzame de tu amantísimo Hijo las gracias que necesito para salvarme.

Avemaría.

Abogada y refugio de los pecadores, asísteme en la hora de mi muerte y ábreme las puertas del cielo.

Avemaría.

Oración final

Oremos. Dios omnipotente y eterno, concede a tus fieles, que se alegran bajo la protección de la Virgen María, verse libres, por tu intercesión, de todos los males de este mundo y alcanzar las alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  1. Amén.

Con licencia eclesiástica

© Editorial Balmes

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